II Encuentro Nacional
de Catequistas 2012
Objetivo:
Redescubrir
el valor y dignidad de la persona humana, para convertirnos en promotores y
defensores de su dignidad.
Mira tu realidad
¿Cuál es tu
nombre?
¿Cuál es tu
pasatiempo favorito?
¿Qué lugar
ocupas en tu familia?
¿Qué te hace
feliz?
¿Qué
cualidad te caracteriza?
¿Qué se
piensa sobre?
·
Tú
mismo
·
La
sociedad
·
Los
medios de comunicación
·
El
mundo laboral
·
La
familia
·
La
iglesia
Ilumina tu realidad
Leer y
reflexionar en equipos distribuyendo los documentos siguientes para responder
estas preguntas:
¿Qué nos
dice el documento en relación con la persona humana?
¿Qué
aspectos significativos descubres?
¿Cómo sería
para ti una persona plena, feliz y realizada?
Gen 1, 26-31
Salmo 8
Compendio de
la Doctrina Social de la Iglesia, nn. 108; 130. 132.
Documento de
Puebla, nn. 324- 325
Documento de
Aparecida, nn. 387-390
Gaudium
Spen, n. 4
Reino de Dios y promoción de la dignidad
humana.
La Buena
Nueva de la vida tiene un destino universal. Su mandato de amor abraza a la
persona entera y a todas las personas, ambientes y pueblos (380).
Reino de Dios, justicia social y caridad
cristiana.
La promoción
de la vida plena de Cristo nos lleva a sumir evangélicamente y desde la
perspectiva del Reino las tareas prioritarias que contribuyen a la
dignificación de todo ser humano, y a trabajar junto con los demás ciudadanos e
instituciones. Necesidades urgentes nos conducen a colaborar con otros
organismos o instituciones para organizar estructuras más justas en los ámbitos
nacionales e internacionales. Es urgente crear estructuras que consoliden un
orden social, económico u político en le que no haya inequidad y donde haya
posibilidades para todos (384). También es tarea de la Iglesia ayudar con la
predicación, la catequesis, la denuncia, el testimonio de amor y de justicia,
para que se despierten en la sociedad las fuerzas espirituales necesarias y se
desarrollen los valores sociales (385).
La dignidad humana.
Nuestra
misión para que nuestros pueblos tengan vida, manifiesta nuestra convicción de
que en Dios vivo revelado en Jesús se encuentra el sentido, la fecundidad y la
dignidad de la vida humana. Urge promover en nuestros pueblos la vida plena que
Jesús nos trae para que cada persona viva con la dignidad que Dios le ha dado
(389). La fidelidad al Evangelio nos exige proclamar en todos los areópagos la
verdad sobre el ser humano y la dignidad de toda persona (390).
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